La Semana Santa es la conmemoración cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.
Se inicia con el domingo de Ramos y finaliza con el domingo de Pascua, que significa Nacimiento y resurrección.
Domingo de Ramos: Es el acontecimiento que marca el fin de la cuaresma y el inicio de la Semana Santa. En el Domingo de ramos es cuando se celebra la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cuando fue aclamado por la multitud como el Mesías mientras la gente agitaba palmeras como un signo de saludo y homenaje.
¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Lunes, Martes y Miércoles: En estos días recordamos la traición que Judas cometió contra Jesús, que esta apunto de producirse, por treinta denarios.
Jueves Santo: En este día celebramos la ultima cena que Jesús hizo con los apóstoles y el ritual de lavar los pies.
Viernes Santo: Jesús después de ser traicionado por judas, muere en la Cruz.
Sábado Santo: este día es de silencio y oración.
Domingo de Pascua o de Resurrección: Después de tres días, Jesús resucita y se muestra primero a los discípulos, y luego a la gente. Es un día muy importante de celebración y acción de gracias.
Vía Crucis significa " El Camino de la Cruz" es decir, es el camino que recorre Jesús con la Cruz hasta su Muerte.
Este camino se representa mediante la meditación de algunos momentos que vivió Jesús en su Pasión y Muerte, estos momentos se llaman estaciones.
Al rezarlo recordamos con amor y agradecimiento lo mucho que sufrió Jesús para salvarnos.
Primera estación: Jesús es condenado a muerte.
Pilato condena a muerte a Jesús que es inocente. cada vez que yo peco, también le condeno.
Lector: Señor, pequé.
Todos: ten piedad y misericordia de mí.
Segunda estación: Jesús carga con la Cruz.
Él llevaba la cruz con amor, porque cargaba con nuestros pecados. yo también tengo que cargar mi cruz, que son todas las cosas que me cuestan y me hacen sufrir.
Lector: Señor, peque.
Todos: Ten piedad y mi misericordia de mí.
Tercera estación: Jesús cae bajo el peso de la Cruz.
Jesús se cayó, estaba agotado. Pero se levanto para darnos la fuerza de levantarnos cada vez que caigamos en el pecado.
Lector:Señor, peque.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.
cuarta estación: Jesús encuentra a su Madre.
Muchos curiosos se acercaban para ver a Jesús y le insultaban.Su Madre,Maria, se acerca a Él y le acompaña.Solo Ella le consuela. ¿No querrías tú ponerte a su lado y acompañarle también?
Lector:Señor, peque.
Todos:Ten piedad y misericordia de mí.
Quinta estación: El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz.
Jesús no puede ya con la cruz y los soldados mandan a un hombre llamado Simón que le ayude. Nosotros podemos ayudarle con nuestras buenas acciones.
Lector:Señor, peque.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.
Sexta estación: La Verónica limpia el rostro de Jesús.
Una valiente mujer se acerca a Jesús para limpiarle la cara, sucia de sangre y de barro.No tuvo miedo ni vergüenza de que otros se burlasen de ella.¿Serias tú capaz de dar la cara también por defender a Jesús?
Lector:Señor, peque.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.
Séptima estación: Jesús cae por segunda vez.
La Cruz pesa de verdad. la cara de Jesús vuelve a golpearse contra el suelo. Pero en su amor por nosotros, quiere llegar hasta el fin.
El amor nos hace fuertes.
Lector:Señor, peque.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.
Octava estación: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén.
Unas mujeres se acercan llorando, compadecidas de Jesús. No es lo malo sufrir. Lo que es malo es vivir y morir en pecado.
Lector:Señor, peque.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.
Novena estación: Jesús cae la tercera vez.
Nuestros pecados hacen más y más pesada la cruz. pero se levanta de nuevo, dispuesto a perdonarnos siempre.
Lector:Señor, peque.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.
Décima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.
Cuando llega al Calvario, los saldados le quitan su túnica y sus ropas, y se las rifan. Jesús sufre una inmensa vergüenza. También sufre vergüenza cuando ve que los hombres no se visten bien.
Lector:Señor, peque.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.
Décima primera estación: Jesús es clavado en la Cruz.
Con unos clavos en las muñecas y en los pies clavan a Jesús en la Cruz. ya no puede moverse ni hablar. Pero aún puede mirarnos, rezar por nosotros y amarnos.
Lector:Señor, peque.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.
Décima segunda estación: Jesús muere en la Cruz.
La muerte de Jesús, de Dios, en la Cruz, es un misterio grande. Muere por culpa de nuestros pecados. Junto a Él está su Madre, María, que Jesús nos ha dado como Madre nuestra desde la Cruz.
Lector:Señor, peque.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.
Décima tercera estación: Jesús es bajado de la Cruz.
Tras la muerte de Jesús la tierra quedó oscura y silenciosa. el pecado tiene consecuencias terribles. Dile hoy a Jesús que quieres hacer todo lo posible para no pecar.
Lector:Señor, peque.
Todos: Ten piedad y misericordia de mí.
Décima cuarta estación: Jesús es puesto en el sepulcro.
Aún le quedan a Jesús unos amigos fieles que recogen su Cuerpo y lo ponen en un sepulcro nuevo.Pero solo en el Corazón de la Virgen se conserva la esperanza. Ella es la única que sabe que al tercer día resucitará. Si tú crees de verdad en Él, también un día resucitaras.
La parábola utiliza la imagen del grano de mostaza. Si bien es el más pequeño de todas las semillas está lleno de vida y crece hasta volverse 'más grande que todas las plantas de huerto'.
Así es el reino de Dios: una realidad humanamente pequeña y aparentemente irrelevante. Para entrar a ser parte es necesario ser pobres en el corazón; no confiarse en las propias capacidades sino en la potencia del amor de Dios; no actuar para ser importantes a los ojos de mundo, sino preciosos a los ojos de Dios, que tiene predilección por simples y los humildes.
Cuando vivimos así, a través de nosotros irrumpe la fuerza de Cristo y transforma lo que es pequeño y modesto en una realidad que hace fermentar a toda la masa del mundo y de la historia.
Reflexión Cuando vemos que la sociedad vive cada vez más descristianizada, nos lamentamos y vemos lo poco que podemos hacer. Ese sentimiento de impotencia es natural. Sin embargo, los mecanismos del Reino de los Cielos funcionan de manera diferente. ¿Por qué? Porque el verdadero actor es Dios, y como Él es Todopoderoso puede hacer que cambie hasta lo más difícil.
Al contemplar la vida de los santos, como la de S. Francisco de Asís, vemos cómo se realiza una gran obra a través de ese "pequeño instrumento". Esto es lo que Jesús quiere decirnos: "no te preocupes si sólo eres una semilla diminuta. Siémbrate en mi Corazón y verás hasta dónde puedes".
Así lo hicieron un grupo de gente sencilla que siguió a Jesús: sus apóstoles. ¿Quién les iba a decir que después de dos mil años la Iglesia estaría presente en tantos lugares y atendería las necesidades materiales y espirituales de millones de personas? Esto se debe a que la fuerza de la Iglesia no está en lo que pueda hacer cada uno por su cuenta, sino en el poder de Dios con las personas que se entregan a fondo.
El secreto consiste en cambiar el propio corazón por el de Jesús, pareciéndonos a Él en todo lo posible. Así se transforma también nuestra familia y las personas de nuestro entorno. Y entre todos, impulsados por Cristo, podemos traer a este mundo la civilización del amor. Diálogo con Cristo Señor, gracias por la semilla de la fe que recibí el día de mi bautismo. Quiero que ésta crezca para que pueda convertir, con tu gracia, mi vida en tierra buena, sin obstáculos ni cizaña que detengan los frutos de amor que Tú produces.
Es importante que recemos al Espíritu Santo, porque cuando lo hacemos Él nos da fuerzas para que siga creciendo nuestra Fe.
Mientras la iglesia estaba en oración,"De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso...que quedaron todos llenos del Espíritu Santo" (Hch 2,2-4)
Hace muchísimo tiempo, cuando sólo hacía unos siglos que existía la especie humana sobre la tierra, Dios apareció ante un bondadoso anciano llamado Noé, nieto de Matusalén, y le dijo:
-Noé, has de construir una gran embarcación y meter en ella una pareja de cada especie animal, pues va a caer un gran diluvio y toda la tierra quedará cubierta por las aguas.
Y Noé construyó una gran embarcación de madera. Una vez terminada el arca, Noé metió en ella una pareja de cada especie animal y luego entró con toda su familia: su esposa, sus tres hijos, llamados Sem, Cam y Jafet, y las tres esposas de sus hijos.
Entonces, súbitamente, empezó a caer un gran diluvio sobre la tierra: llovió y llovió sin parar durante cuarenta días y cuarenta noches, hasta que las más altas montañas quedaron cubiertas por las aguas y desapareció todo rastro de vida sobre la faz de la tierra.
Cuando por fin dejó de llover, empezó a soplar un suave viento y poco a poco fue bajando el nivel de las aguas, hasta que el arca descansó sobre el monte Ararat.
Noé abrió una ventana que había construido en la parte superior del arca y soltó un cuervo para averiguar si el nivel del agua había decrecido lo suficiente; pero el cuervo no halló dónde posarse y regresó al arca.
Siete días más tarde, Noé soltó una paloma, y ésta regresó con una ramita de olivo de pico. Y así supo Noé que las aguas ya no cubrían el suelo. Es por eso que la paloma con una ramita de olivo en el pico es el simbolo de la paz.
Entonces salieron del arca Noé y su esposa, y sus hijos y las esposas de sus hijos, y todas las parejas de animales que habían embarcado con ellos, y empezaron a reproducirse y a repoblar la tierra de hombres y animales de toda especie.
Dios prometió que jamás volvería a enviar una lluvia tan terrible como aquella sobre la tierra, y Noé, que tenía seiscientos años al producirse el Diluvio Universal, vivió apaciblemente, labrando la tierra, trescientos cincuenta años más, hasta la edad de novecientos cincuenta años.
En la Biblia, el arcoíris es también llamado "arco de la alianza" o "arco de Dios". En Génesis, 9: 8-15, se cuenta que, después del diluvio, Dios, Noé y todos los seres sobrevivientes del arca formaron una alianza gracias a la cual no habría más diluvios en la Tierra, y que el arcoíris que aparecería en el cielo sería el símbolo que utilizaría Dios para recordarles esa alianza.
Dice Dios: "Esta es la señal de la alianza que establezco entre vosotros y yo, y con todo ser vivo que esté con vosotros, para generaciones perpetuas: pongo mi arco en las nubes, que servirá de señal de la alianza entre la tierra y yo. Cuando yo haga nublarse la tierra, aparecerá el arco en las nubes, y me acordaré de la alianza entre vosotros y yo, y con todo ser vivo, con toda carne; y las aguas no serán ya más un diluvio que destruya toda carne" (Génesis, 9: 12-15).
Los colores del arco iris, el rojo significa vida, el naranja es la curación, el amarillo simboliza el sol, el verde representa la naturaleza, el azul es la armonía, y, por último, el color violeta caracteriza el espíritu.
El gloria es una hermosa oración que se eleva a los cielos para glorificar a Dios nuestro creador. Enseñar a los niños a orar es algo precioso que no tiene que dejarse pasar, la vida es un gigantesco templo, hecho por la mano de nuestro Dios y todo eso hay que agradecer.
Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos,te adoramos, te glorificamos,te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,Dios Padre todopoderoso.
Señor, hijo único, Jesucristo. Señor Dios,Cordero de Dios, Hijo del Padre;tú que quitas el pecado del mundo,ten piedad de nosotros;tú que quitas el pecado del mundo,atiende nuestra súplica,tú que estas sentado a la derecha del padre.ten piedad de nosotros.
Porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
Jesús usó la parábola del amigo inoportuno después de haber enseñado a sus discípulos a orar usando el Padre Nuestro. la usó para complementar lo que les estaba enseñando sobre la oración. Cuando ores recuerda la siguiente enseñanza.
La parábola nos enseñanza que si pides Dios te dará. Si hablas con Dios, seguro que inclinara su oído hacia ti. El hombre de la parábola se atrevió a tocar la puerta de su amigo aunque era tarde. Puede ser que no hayas recibido ciertas cosas en tu vida simplemente porque no se las has presentado a Dios en oración. Jesús dice que nuestras oraciones serán escuchadas, nuestras peticiones consideradas, por el simple hecho de que Dios es bueno.
Dios dijo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.